Disfunción de glándulas de Meibomio
Diagnóstico, estadificación y tratamiento
Las glándulas de Meibomio se encuentran por dentro de los párpados y producen un lípido llamado Meibum, que es un componente esencial de la película lagrimal y evita que la lagrima se evapore demasiado rápido de la superficie ocular.
En la disfunción de glándulas de Meibomio se produce un bloqueo o ingurgitación de las glándulas por lo que no secretan suficiente lípido a la película lagrimal y por ende la lagrima se evapora muy rápido de la superficie ocular.
La disfunción de glándulas de Meibomio se puede asociar al síndrome de ojo seco que es una enfermedad multifactorial, compleja y crónica que afecta la superficie ocular produciendo molestias como sequedad ocular, sensación de arenilla y fluctuaciones en la visión; así como también a la blefaritis.
El tratamiento típico recomendado para la disfunción de glándulas de meibomio consistía en la aplicación de compresas calientes y masaje de los párpados , sin embargo puede no ser suficiente para tratar el problema y restaurar la función normal de las glándulas.
Existen tratamientos emergentes para la disfunción de las glándulas de Meibomio, uno de los cuáles consiste en la aplicación de un dispositivo en la superficie externa de los párpados que distribuye un nivel constante de calor. El calor emitido es absorbido por el tejido, lo cuál hace que se desintegren los lípidos endurecidos de las glándulas de Meibomio.
Durante el tratamiento, se realiza primeramente una desbridación del borde palpebral, con la finalidad de eliminar queratina y debris que se adhieren al margen palpebral y pueden tapar el orificio de las glándulas. Posteriormente se aplica el dispositivo de calor durante 10 minutos y por último se realiza una presión externa del borde palpebral para producir la expresión del meibum.
En general, los pacientes a los que se les realiza este tipo de tratamiento refieren una mejoría estadísticamente significativa de los síntomas de ojo seco.
No dude en agendar una cita hoy mismo, si tiene alguno de los siguientes síntomas: ojo rojo, sensación de arenilla, resequedad ocular, fluctuaciones en la visión, sensibilidad a la luz, lagrimeo, escamas alrededor de las pestañas; pudiera tener disfunción de glándulas de meibomio y beneficiarse profundamente con el tratamiento antes mencionado.